Estaba postrado mirando los ojos a la muerte. Los esperaba fríos y encontró una dolorosa calidez. En ese preciso instante se preguntó si había valido la pena penetrar en la red de BionTech por unos cientos de miles de dólares. —Será un trabajo rápido.—recordó que le había dicho Otomo.— Entrar y salir. ¡Tenemos los putos códigos!.— Gritó el extravagante mafioso mientras levantaba la mano con un pequeño disco de datos. Otomo era un viejo yakuza cascarrabias venido a menos y vestido con imposible mezcla de estilos retros. Ito agarró el dorado disco de la mano enfundada en látex rojo con un movimiento demasiado rápido para los implantes oculares ocultos tras gafas de pasta blanca y cristales espejados rosas. —Te cobraré el doble, por adelantado.— exigió Ito guardando las claves entre los pliegues de la gabardina.— Y no haré preguntas incómodas a personajes incómodos. ¿Hay trato?.— Y alargó la mano para cerrar el trato, dejando al descubierto un feroz dragón tatuado. Otomo agarró la ma...
Publicación periódica de relatos Cyberpunk. Un abrazo a todos los lectores! John Iron