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Mostrando entradas de enero, 2022

Amsterdam. Cyberpunk

  Sato se mantenía de pié sobre la cornisa mirando al infinito en brillantes puntos de distantes  neones por encima del skyline de cristal y acero. Los sensores le azotaban el oído interno sin piedad y el tiempo era retorcido por su hardware pero avanzaba inexorable. Le quedaba un suspiro de vida mientras las líneas de código avanzaban en su córnea. De pronto el mundo se paralizó. Las estrellas que apenas una milésima antes le parecieron bellas, sobre la noche de Amsterdam, ya no brillaban con tanta intensidad. Con un movimiento suave le dió la espalda al firmamento y encaró el helipuerto. Decenas de guardias se apostaron detrás de escudos balísticos mientras el círculo se cerraba sobre él. Al fondo un Sikorsky de blanco brillante observaba en quietud el avance táctico. Línea tras línea el código se transmitía. Desconectó las alertas. El silencio le inundó de calma. Cálculos. Distancia, tiempo, humedad, presión atmosférica. Resultado óptimo. Con los pies anclados en el hormigó...

Takeda 217. Cyberpunk

Por segunda vez accionó el disparador. El proyectil vaporizó silicio y sesos por igual y el cadáver se desplomó sobre el húmedo pavimento. Con habilidad se guardó la pistola para luego arrodillarse sobre el pandillero muerto. – Funciona así – dijo el Inspector Takeda , , mientras cacheó al desgraciado. El NeoPunk en mirada perpetua. Era un sucio pandillero en el callejón erróneo. Takeda encontró lo que buscaba, una pequeña bolsa de tela negra con cincuenta monodosis de Slim. –  Gracias cabronazo  – le dijo al muerto agarrándole el mentón con guantes de vinilo negro mientras le sostenía la mirada vacía. Takeda recogió el casquillo del nueve del suelo y se perdió en la fría noche de Tokyo .  Despertó de puro dolor. La cabeza le martilleaba como si la estuvieran aplastando contra un contenedor. Se incorporó y en la mesita de noche vió la bolsa de tela negra al lado de la placa y del viejo Colt, estaba casi vacía.. Aguantó otro aguijonazo que le obligó a cerrar los ojos. Cua...